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Constanza

Una de aretes

Creo que podría usar un par de aretes por todos los días del mes y no repetir. Se podría decir que los colecciono, pero lo que jamás podría hacer, es no usarlos, porque si no, escucho la pregunta intimidante de mi mamá y mi abuela: ¿y tus aretes? ¿hace rato no te veo los que te regalé?

Bendito espejo del elevador que me permite pasar lista: lentes (check), cubrebocas (check), aretes (check); en caso de no traerlos, voy de retro, me niego a pasar esa inseguridad de no vestir mis orejas; como si cargar el cubrebocas, los lentes, y a veces los audífonos, no fueran suficiente.

Mientras me arreglo, lamento mucho la pérdida de un par de aretes de perla negra, que combinaban con casi todo, pero que no los usaba tanto, porque no me dejo usar el mismo par de aretes dos días seguidos. No, no, no. 

Buscando entre cajitas, aparecen un par de unos aretes verde claro, muy lindos, de esos que solo combinan con algunos outfits. Tenía perdido ese par desde hace varios meses, creía que lo había dejado en otro lugar, estaba casi segura que estaba en ese otro lugar, el mismo lugar donde perdí los otros, pero en esta ocasión no sé si volverá.