Se acerca el invierno y con ello se desacomodan mis cabellos, voy caminando por las calles y por debajo de mis pies se oye el crujir de las hojas caídas.
El sol quema y en la sombra hace demasiado frío.
Las casas se hacen más húmedas incluso a las que les pega el sol directo.
Se encienden los calentadores, se abren las bolsas de los abrigos, se cocinan más sopas calientes.
En los puestos de revistas aparecieron los calendarios del siguiente año desde hace un par de meses, pero yo los acabo de ver. Mi cumpleaños es lo primero que se celebra después del año nuevo. Por años, el invierno, lo que para la naturaleza es resguardarse, para mí es florecer. He pasado cumpleaños con la neblina hasta abajo, pero con los ánimos hasta arriba. Este invierno será algo solitario, pero enteramente feliz.