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Fatima Jaoui

Este interminable día de marzo

Cada 8 de marzo es un ritual para los servicios de comunicaciones. Una vez, mi ex jefa sugirió que deberíamos celebrar a todas las mujeres en la oficina tomando una foto de las que estaban allí ese día. Esto no fue sin contar los comentarios posteriores de colegas masculinos que susurraron: «Todos deberían aparecer en esta foto si realmente queremos hacer lo correcto. »

¿Haciendo lo correcto? ¡Qué idea tan brillante! ¿Por qué los hombres nunca intentan hacer lo correcto el resto del año?

Qué forma más curiosa de emocionarse por la exclusión de hombres una vez en una foto. Nunca los oigo indignarse cuando los jefes de Estado desairan al presidente de la Unión Europea. O incluso corregir a estos jefes de Estado diciéndoles: “Escuche señor, acaba de pasar por delante de la Presidenta de la UE y ella es la que debe sentarse en esta mesa. » Tan simple y, sin embargo, nunca sucede. Todos los días los hombres eligen a los hombres consciente o inconscientemente.

¿Por qué tanta emoción por una pobre fotito en Twitter que nunca vencerá al patriarcado? Pero nunca por los asaltos y marginaciones diarias. Jamás les veo limpiar la cocina común de la oficina, jamás piden que haya mujeres presente en las reuniones cuando sólo hay hombres. Jamás defienden a las mujeres víctimas de sexismo ordinario en estas reuniones. No les incomoda saber que a sus colegas mujeres les pagan un sueldo menor por el mismo puesto que tienen ellos .

Cuántas historias de sexismo tenemos que relatar antes que se dan cuenta de la situación. Las mujeres tienen esta doble pena de vivir las injusticias diarias y de educar los hombres sobre estas injusticias, es casi como vivir dos veces una misma vida. A los hombres que se sienten incómodos los 8 de Marzo, no se preocupen, sólo dura 24 horas y después pueden vivir sus privilegios de nuevo en sus salas de reuniones. 

Mensaje para las mujeres: Hermanas, por favor, jamás paguen o comparten la cuenta al fin de la cita. Gracias.