“Alba, necesito un abrazo”
¿Cuántos mensajes así no hemos recibido? ¿Cuántos besos no hemos enviado?
He visto que se abrazan con un plástico de por medio, yo he vuelto a enviar besos voladores como me enseñó mi tía Ceci, pero abrazos ¿voladores? aún no, tampoco me animo a abrazarme y ver mis brazos cruzados en una pantalla.
Es cierto que no soy de abrir mis brazos y véngase para acá, pero, como siempre, la idea de la ausencia los hace querer más.
Ayer di un abrazo de esos que te cortan la garganta, de esos que te ponen los ojos llorosos, pero de esos que si no los das y recibes, se muere un koala.