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Alba

El estrés de lo cotidiano

Despertar y pensar cómo prepararé mi café (cafetera italiana, la normal o la última divina que me regaló mi papá). Qué taza es la de hoy (la roja de siempre, la de NY o mi última adquisición porque estaba en oferta). Rutina del cuidado de la cara (gel limpiador, tónico, vitamina c, bloqueador). Pensar en si me maquillo o no (que es ponerme rímel y delineador, y a veces me ilumino la cara, los tiempos de chapas quedaron en el pasado). Ver mi clóset (bra o no bra, como hace frío con una camisa interior está bien, y el suéter holgado ayuda). Abrir el refrigerador, recordar si toca desayunar huevitos (un día sí, otro no). Leer las noticias mientras desayuno (desde el celular o desde la laptop, todo depende de la hora en que lo haga). Trabajar (correos, teams, llamadas, repetir ad infinutm). 

Hay un momento que se tiene que parar todo esto: lavar los platos, no puedo estar con el celular y tengo que pensar qué descongelaré para una preparación rápida de comida, la cual tardaré unos minutos más en prepararla que en comerla.

Cerrar laptop (hacer el intento de: suspender, hibernar…apagar). Caminar (abrigo, tenis, cubrebocas, dinero, celular, gel). No puedo solo caminar (llamarle al celular de mi mamá, mi hermana, mi amiga o de usted). Pasar al Oxxo (tengo jugo, tengo huevitos, tengo pan, estoy bien, sigue caminando). Llegar al depa (ceno primero, me baño después, o al revés). Libro o serie (los cuentos de la argentina que no sé cómo se pronuncia su apellido o la novela que tanto presumen en Instagram; serie islandesa, la mexicana o mejor vuelvo a ver Mad Men).

Dormir, pero antes un té.

(Jengibre, manzana con canela, manzanilla o negro)